Por el Sacramento de la Reconciliación (también llamado de la Penitencia, del Perdón, y de la Confesión), el Padre perdona al penitente arrepentido por medio del Hijo, enviando el Espíritu Santo por la imposición de las manos y las palabras sacramentales: "yo te absuelvo...". Todo mediante el ministerio sacerdotal, como en cualquier otro sacramento.

    Aunque estrictamente hablando la Confesión es para los pecados graves, la Iglesia recomienda vivamente la confesión frecuente de los pecados veniales, porque nos ayuda a permanecer en estado de Gracia, a formar nuestra conciencia, asumir nuestra debilidad, luchar contra las malas inclinaciones y tentaciones, a progresar en la vida espiritual, etc.

    En nuestra Parroquia Espíritu Santo puedes confesarte en el Confesionario en la media hora previa a las misas, pero fuera de este horario también puedes confesarte buscando al sacerdote disponible (que suele estar o en el Despacho, o la Sacristía o la Capilla) para que vaya al Confesionario.